Una de las cosas que más me fascinan son los mapas antiguos, los globos terráqueos, la cartografía y los libros de grandes exploradores; ya que, si te paras a pensarlo la vida, nuestra vida es como un mapa, intuimos dónde queremos llegar, pero, hay que dibujar, trazar el camino.
Muchas veces el sendero está claro y sabemos los pasos que hemos de dar para alcanzar el destino, otras muchas nosotros mismos hemos de construir paso a paso esa nueva ruta cual valientes aventureros.
Todos partimos desde “X”, todos traemos ese mapa cuando llegamos a este plano, unos tienen la fortuna de tener una guía clara, un mapa completo, otros tienen el regalo de recibirlo en blanco.
¿Qué mapa es mejor? La respuesta es fácil, pregúntate:
¿Cómo te gustaría vivir tu vida?, ¿Con cada una de tus vivencias marcadas, sabiendo exactamente que va a pasar en cada momento o con la libertad de elegir como llegar a cada etapa?
Encontrar el camino a seguir va a depender de tu capacidad para fluir, para creer en ti, para crear, para improvisar, para descubrir, para soñar, para atreverte.
Lo único cierto, lo único tangible y real es el punto de partida. Yo imagino mi mapa como esa brújula a la que poder regresar una y otra vez para revisar mis aprendizajes, para planear la siguiente meta a alcanzar, para ir dibujando la historia de mi vida. En él aparecen personas, vivencias, lugares … y el día que esta aventura termine lo único que me llevaré será el camino recorrido, habrá líneas claras y directas, borrones, giros inesperados, caminos sin recorrer, calles sin salida, opciones y posibilidades que no supe ver, obstáculos superados, pero sobretodo habrá esencia, vida, amor, recuerdos, sueños, logros, nostalgia, verdad … y seguramente, ¡ganas de más!
No sé cuantas vidas podemos vivir con el mismo mapa, no sé si cada vez que regresamos a casa, al origen, y volvemos empezamos uno nuevo o continuamos en el punto que nos quedamos, pero me gusta pensar que ese mapa se queda grabado en nuestra alma, en nuestro ADN para poder usarlo cual GPS cada vez que nos sentimos perdidos en esta inmensidad a la que llamamos UNIVERSO. Quizás por eso percibimos que hay situaciones ya vividas, personas ya conocidas y caminos ya trazados, porque ya los hemos transitado con anterioridad, en otras vidas, en otros mundos, incluso en otras galaxias.
Yo personalmente prefiero el mapa en blanco, ese mapa que me ofrece infinitas posibilidades; es cierto que a veces puede dar un poquito de vértigo, pero confío plenamente en mi GPS interior y en que cuándo lo necesite alguíen (Dios, Maestros, Guías, Ancestros, Energía) me ayudará a encontrar las coordenadas para seguir avanzando en la dirección más adecuada para mi crecimiento, orientando mis pasos hacia mi destino.
Porque sí, el destino de cada uno de nosotros está escrito, todos hemos venido a aprender algo, a aportar algo, a ser la cruz, el camino, el obstáculo o la opción en el mapa de otras personas, pero sólo nosotros tenemos la capacidad de elegir en qué dirección y cuando damos el siguiente paso.
Es importante aprender a usar tu mapa como esa herramienta que te ayuda a anclarte en el momento presente, sabiendo en todo momento dónde estás. Sólo así podrás decidir cual será tu siguiente paso, hacia dónde te quieres dirigir y cual es la meta a alcanzar, sólo así podrás caminar con seguridad y confianza hacia tu próxima etapa, sólo así sabrás dónde colocar la siguiente cruz en tu mapa y finalmente unirlas todas y recordar el camino recorrido.
Hoy dibujo una nueva cruz en mi mapa, hoy abro este espacio, mi blog, en el que poder compartir de una forma más íntima, extensa y cercana mi trabajo, mis experiencias, mis aprendizajes, mi labor, mis pasiones, mi voz y mi esencia contigo; un lugar de acompañamiento que espero sea la cruz en muchos mapas.
¿Estás preparada para marcar la siguiente Cruz en tu Mapa?
¡BIENVENIDA!
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