LA RUEDA CELTA DE LA VIDA: SABBATS Y ESBATS

Los antiguos celtas entendían la vida como un proceso que nunca acaba, un ciclo que no se puede estancar y que tiene todo un simbolismo energético. Honraban los ritmos naturales a través de 21 celebraciones anuales que se dividían en 13 Esbats (celebraciones lunares) y 8 Sabbats (celebraciones solares).

Los Sabbats eran fechas sagradas ligadas a la siembra y cosecha de los campos. Nos indican el paso de las estaciones y el ritmo de los ciclos naturales y se representan en la Rueda Celta de la Vida.

Los Esbats son fechas sagradas regidas por las 13 lunas llenas que hay en el año. Estas festividades son de gran importancia y tienen como objetivo honrar a la Gran Diosa.  Cada luna del año tiene un nombre tradicional y emite una energía diferente invitándonos a trabajar distintos aspectos a lo largo de cada plenilunio. 

En la tradición celta, el año comienza en Yule (21 de Diciembre) y muere en Samhain (31 de Octubre).  Nos cuenta la historia del Dios y la Diosa en su eterno viaje de nacimiento, vida, muerte y renacimiento en la Tierra:

Simbólicamente, el Dios nace en Yule  (21 de diciembre), es un niño en Imbolc (1 de febrero), un adolescente en Ostara (21 de marzo) y finalmente un adulto en Beltane (1 de mayo). Litha (23 de junio) marca el punto máximo de su poder, y Lughnasadh o Lammas  es el momento en que cuida de las cosechas y los animales mientras se hace consciente de su mortalidad. Mabón (22 de septiembre) lo encontrará preparándose para su muerte, que ocurrirá en Samhain (31 octubre).

A día de hoy seguimos fluyendo en armonía con los ciclos de la Tierra y celebrar los Sabbats como nuestros antepasados es una forma especial de honrar la Vida, sentirnos parte de un todo, de una comunión universal a través de los siglos con nuestra sabiduría ancestral y de aprovechar la energía de cada momento para evolucionar y crecer interiormente.

A continuación te cuento que nos depara cada una de las celebraciones solares de esta Rueda Celta de la Vida:

*(Las fechas indicadas para cada festividad, son para el hemisferio Norte)

IMBOLC

(Día de la Candelaria)

Nombre del festival celta dedicado al fuego en honor a la Diosa Brigid, representa el momento de despertar, una iluminación del camino a nuevas esperanzas. La llama de las velas es un testimonio de la transformación y el poder del espíritu. Es un tiempo de limpieza, purificación y recapitulación sobre la propia vida, revisamos aquello que hemos logrado en el ciclo de este año. Es la oportunidad de soltar aquellas cosas que pueden interponerse en el camino de nuestras metas y para prepararnos para la iniciación o la re-iniciación a una conexión más profunda con nuestra espiritualidad. 

Para los antiguos celtas esta es la celebración de la fertilidad; se siembre la tierra y se bendicen los campos con risas, alegría, esperanza y gratitud a la espera de la llegada de la Primavera. 

Símbolos significativos: la llama sagrada, la Cruz de Brigid y el encendido de velas, (siempre blancas).

OSTARA 

(Equinoccio de Primavera) 

Deriva su nombre de la Diosa Eostree. La tierra despierta de su sueño, el día y la noche son iguales, pero las horas de luz está ganando a las horas de oscuridad; la vida está recupera su impulso, es tiempo de comienzos, de acción, de sembrar para futuras ganancias, es tiempo de gozo, alegría, abundancia y celebración. Hay una sensación de energía y se cumple la promesa del regreso de la Primavera personificada en la belleza, la fuerza y la libertad de la joven Diosa Ostara como símbolo del renacimiento del aspecto de la Doncella de la Triple Diosa. Este festival celta es el origen de la pascua.

Símbolos significativos: el cordero, la liebre, los arquetipos universales de la fertilidad, y la decoración de los huevos con símbolos sagrados.

BELTANE

(Festival celta del fuego) 

Significa “fuego brillante” y se refiere al ritual de reavivación de nuestra llama interior. El fuego simboliza el calor, la vida, la transformación. El Dios Sol nos colma de buena fortuna y transformación. Los celtas lo consideraban el primer día de verano y se celebra el crecimiento y la fertilidad de las cosechas. En este día se hacían distintos rituales para proteger los campos y las casas. Se celebrar el amor y las uniones (bodas) de los amantes, consideraban esta celebración propicia para aquellas mujeres que deseaban quedar en estado. Beltane marca el regreso de la vitalidad, la pasión, la fertilidad y el poder revitalizador de la naturaleza. 

Símbolos significativos: la hoguera, cintas de colores, flores y el espino.

LITHA 

(Solsticio de Verano)

Representa el tiempo de cumplimiento y la prosperidad. El Sol está en el punto más alto del cielo, la Diosa (energía femenina) y el Dios (energía masculina) se encuentran envueltos en el éxtasis de su unión, sin embargo, también hay cambios. El sol ha llegado a su cenit (celebramos el día más largo del año) la oscuridad comienza a crecer.

Tiempo de compartir, de salir, de disfrutar con los seres queridos de la naturaleza, del exterior, los días son luminosos, festejamos la vida, el amor, la felicidad, el buen tiempo, el descanso entre la siembra y la cosecha. Nada es seguro, pero el cambio es la base de la vida. Este es un momento de celebración de la tierra en toda su gloria, pero también es un momento para tomar consciencia de la ciclicidad, de que el cambio es inevitable debemos confiar en que todo sigue su curso.  El invierno amenaza con regresar y hemos de prepararnos para recoger las últimas cosechas que nos alimentarán durante el periodo de oscuridad. Litha representa el origen de las vacaciones.

Símbolos importantes: el sol, las hogueras, los frutos de la temporada, las guirnaldas de flores. 

LUGHNASADH o LAMMAS 

(Fiesta del Sacrificio) 

Es la primera de las tres festividades en honor a la cosecha; festejamos la cosecha de granos (o maíz) en honor al Dios LUGH (máxima divinidad guerrera y protectora). La unión del Dios (energía masculina) y la Diosa (energía femenina) dio a luz a la generosidad de la tierra. Este es un momento de gran gozo, ya que tenemos el regalo de la abundancia, se convocaba a todas las personas de pueblos y aldeas cercanas, se cocía el primer pan de la cosecha y se celebraban juegos y competiciones disfrutando de la vida al aire libre. 

El Dios personifica al Espíritu de la Naturaleza que muere cada otoño, mientras que la Diosa es el principio de la vida eterna. El Dios es el Espíritu del grano; voluntariamente cortado, se sacrifica por el bien de los vivos. Su espíritu desciende a la Tierra, al vientre de la Diosa, a la espera de volver a nacer en Yule. 

Símbolos sagrados: el maíz, el trigo, las semillas y el pan.

MABON

(Equinoccio de Otoño) 

Es la segunda de tres cosechas celtas y un tiempo de delicado equilibrio entre la luz y la oscuridad. Es el momento para reunir las nueces, bayas y frutos de la vid. Se anuncia la necesidad de valorar, almacenar y conservar. Es un tiempo para reconocer nuestras bendiciones y para honrar y agradecer. Mabon es el momento tradicional para dar gracias por la cosecha y la vida. Se hacen rituales pidiendo protección para el invierno y para que la primavera sea prospera y abundante. En el equinoccio de Otoño la naturaleza decae, disminuye su generosidad, preparándose para el invierno y su tiempo de descanso. 

Símbolos significativos: Nueces, manzanas y uvas. 

SAMHAIN 

(Halloween) 

Se celebra la última cosecha del año, es considerado el Sabbat más sagrado. 

Comienza la temporada de la oscuridad, es el festival dónde se honramos a la muerte, y por lo tanto al eterno ciclo, ya qué sin muerte, no puede haber renacimiento. Comienza un nuevo ciclo, Samhain significa “final del verano” y marca la entrada del frío, para los celtas representa el año nuevo.

El espíritu del Dios ha descendido y el Sol niño está creciendo en el vientre de la Diosa, a la espera, en las profundidades de la tierra para renacer en Yule. 

Samhain es un tiempo de introspección y reflexión, es el momento de evaluarse para tomar consciencia de nuestros actos. En esta noche mágica el velo que separa la tierra de los vivos, de la tierra de los muertos está en su punto más delgado ofreciéndonos la oportunidad de conectar con las dos realidades, la visible y la invisible. Se recuerda y honra a los seres queridos y ancestros.

Símbolos incluyen: El caldero, las velas, las calabazas y tubérculos, noche perfecta para la adivinación. 

YULE 

(Solsticio de Invierno) 

Es la temporada de las fiestas de invierno (12 noches sagradas) dónde honramos el regreso de la luz. El Dios como Niño, renace. Se festeja el nacimiento de la vida y el primer atisbo de esperanza de luz que confirma la renovación de un nuevo ciclo. En el Solsticio de Invierno celebramos la noche más larga del año, a partir de ahora lentamente las horas de luz irán ganándole terreno a las horas de oscuridad, es una noche de celebración y compartir, de confiar en que después de tanta oscuridad la luz, el sol y la abundancia regresarán, es una noche en la que sentirnos arropados por el calor de nuestra familia y nuestro hogar, en la que encenderemos velas para recibir y agradecer al Sol su regreso. Yule representa el origen de nuestra Navidad. 

Símbolos significativos: Tronco de Yule, las velas de la iluminación del solsticio, la hiedra, la espiral.

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